domingo, 6 de enero de 2008

Alimentos y parásitos alergénicos

Hay alérgenos ocultos, cuya detección resulta a veces casi imposible, presentes en alimentos procesados industrialmente a los que para mejorar su aspecto, color y sabor se les añade sustancias como caseína, proteína de soja, gluten de trigo, derivados de maíz o avena y extractos de levaduras. También el huevo se encuentra oculto en numerosos alimentos, sin que figure en su composición, como en ciertos productos de panadería y pastelería, pincelados con huevo para conferirles aspecto lustroso y brillante. Los individuos alérgicos al huevo deben ser cuidadosos con las vacunas para el sarampión, parotiditis, rubéola o gripe, que contienen cantidades ínfimas de proteínas de huevo, aunque en general suelen ser bien toleradas. Algunas reacciones a dichas proteínas se deben más a la gelatina que contienen que al propio huevo. Las alergias causadas por otros alimentos, como cacahuetes, nueces, pescados y mariscos son más duraderas en su sensibilización y pueden perdurar durante décadas o para toda la vida. En estos casos, hay que abstenerse de tomarlos.

Un parásito del pescado, el anisakis simple, puede provocar alergia, en ocasiones con resultado grave. Este parásito se introduce en el ser humano por ingesta de pescado crudo, en salazón, ahumado, en escabeche o marinado. Se elimina a través del calor y el frío. Por ello, freir, cocer o asar el pescado es fundamental para la prevención. También la congelación es una garantía, ya que mueren las larvas del parásito. Pero debemos evitar el consumo de pescado crudo.

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